Instalación textil No me olviden

foto del trabajo textil del colectivo Crear Poder Popular

Se inauguró el 24 de octubre a las 18 horas la instalación textil "No Me Olviden", el proyecto colaborativo impulsado por exiliadas chileno-canadienses que integran el colectivo artístico Crear Poder Popular, con sede en Montreal, que podrá visitarse hasta el 29 de noviembre en 25 de Mayo 221, CABA. 

En el primer piso del centro cultural se expondrá "una arpillera gigante hecha por miles de manos para transformar el dolor con amor", que conmemora y "rinde homenaje a las 3.200 personas desaparecidas o asesinadas durante la dictadura chilena, tal como documenta el Informe Rettig" (1991).

Así, sobre la gran tela, se distribuyen pequeñas figuras de personas, personajes de tela pequeña al estilo de la tradicional "arpillera" chilena. El proyecto textil fue iniciado el año pasado al conmemorarse los 50 años del golpe militar chileno contra el proyecto social liderado por Salvador Allende y la Unidad Popular en Chile.

La pieza con las pequeñas figuras basadas en las fotos de las víctimas fue co-creadas por muchas personas, y "representaba la magnitud del desplazamiento humano causado por la dictadura: los desaparecidos, los asesinados, los exiliados, los que simplemente tuvieron que irse y que crearon una ausencia que nunca se volverá a llenar", tal como indican desde "la colectiva" que integran las artistas, maestras e investigadoras Carolina Echeverría, Denise A. Olivares, Sarabeth Triviño y Gisela Frías.

La pieza de arpillera es una obra de arte textil que consta de dos paneles y conmemora a las 3.200 víctimas.

La materialidad escogida por la colectiva para este acto de memoria se basa en el uso de la arpillera en tanto representó una forma de resistencia y memoria, surgidos durante la dictadura: tapices que contaban historias, lo que no se podía contar, hechos por mujeres y "símbolo de resilencia".

Arpillera_junio-2024-Proyecto-No-Me-Olviden

"La obra se pensó para que se construyera de manera colaborativa, las representaciones textiles se pensaron para que fuesen confeccionadas en talleres y se buscó el lugar más lejano al que pudiésemos llegar, surgiendo el primer espacio creativo, en los talleres de la Escuela de Artes Visuales de la Universidad Austral de Chile, en donde también se decidió iniciar la itinerancia. Luego, los talleres, empezaron a brotar como el musguito en la piedra, se ritualizaron, sobre mesas de comedor o salas de clases, recorriendo distintos lugares, encomendados bajo la inspiración de Violeta Parra", indican sus impulsoras.

"Desde el calor de una taza de té, empiezan a aparecer esos seres queridos, que vuelven a ser nombrados por las voces de hoy, entre hilos y agujas repitiendo “Presente, Ahora y Siempre!”.  La psicomagia abre por fin la posibilidad de administrar esos últimos ritos, aquellos que la distancia del exilio nos niega. Podemos abrazar, acariciar, vestir, peinar, y hasta susurrar palabras de amor a cada uno de estos cuerpecitos.  La obra tiene la convicción de fomentar el poder popular y promover la colectividad. La naturaleza colaborativa del proyecto sigue uniendo a diversas comunidades, y en cada una hay espacio para reflexionar, conectar, empatizar y empoderar".

"Para los chilenos que viven en el extranjero, en el exilio del tiempo, este proyecto intergeneracional renueva la esperanza y busca convertirse en un registro duradero de una historia colectiva que no puede ser negada. Gracias al esfuerzo de quienes mantuvieron estas semillas vivas durante el exilio, se han podido unir todas las manos, todas, cincuenta años más tarde, con esta itinerancia deseamos compartir esta obra, como lo hizo Violeta, desde el barrio, desde la escuela, desde el pueblo, desde el sur, desde las regiones, porque el negacionismo histórico es solo institucional, no popular".  

La curaduría de la itinerancia está a cargo de Adrián Silva Pino de la Dirección museológica de la Universidad Austral de Chile.

 

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