ACTIVIDADES

Bicha - de Natalia Rizzo
Bicha según Paula Maffia
Cuando entré en contacto con la obra de Naty, de inmediato se me vino a la mente la
palabra “tótem”. Entendí que su obra evocaba ese saber ancestral que nos hermana y
enmaraña clarísimamente con nuestro entorno: Somos familia con lo que comemos,
somos aquellxs con quienes convivimos. Somos la tierra sobre la que nos paramos y el
cielo que tomamos de referencia. Esta sabiduría, tan inmejorable como antigua, es la
misma que sostiene prácticas milenarias y perfectas como el yoga y el kung-fu y que
hoy reverdecen no sólo en la sostenida práctica de dichas disciplinas pero en versión
2.0, sino que también las vemos brotar, (como una cigarra emergiendo
impensadamente de abajo de la tierra después de empollar por quince años) en
discursos que abarcan desde el ecotransfeminismo a las nuevas lógicas de tecnología y
sustentabilidad.
La noción de ser unx implica que hay un otrx. La noción de especie implica la de
convivencia. La noción de vivir implica la de morir. Ahí, en ese lugar donde los
binarismos hacen su pícara danza circular para confundirse entre sí, está el cuerpo,
abanderado de la naturaleza y del artificio por igual. En ese intersticio se ubica Bicha
de Natalia Rizzo, jugando con dispositivos y formatos y usando incluso su cuerpo
propio como bastidor. Bicha me suena particularmente familiar porque incluye muchas
cosas que considero indispensables dentro de una obra: El arte como humor, como
capacidad revolucionaria de reírse de unx mismx, como hackeo. El arte como
compromiso y como manera de hacerle touché a la expectativa ajena. El arte como
DIY, como autodefensa. El arte como souvenir, como talismán para no olvidar nunca
sacar la cabeza del agujero y ver que somos parte de un movimiento mucho más
grande y poderoso, vegetal, mineral, mamífero y quimérico y ciborg, o dicho de otro
modo: un tótem.
Natalia Rizzo, Buenos Aires 1980. Egresada de la Escuela Nacional de Bellas Artes
Prilidiano Pueyrredón y de la Maestría en Artes Electrónicas en la UNTREF. Trabajó en
el Centro Cultural San Martín en la curaduría de ciclos de arte y tecnologías junto a
Graciela Taquini. Actualmente trabaja en el área de comunicación y cultura del ex CCD
“Olimpo”. Ha explorado el arte textil, las instalaciones, el video arte y la
videoinstalación. Realizó clínicas con Marina de Caro y realiza actualmente clínicas con
Diana Aisenberg. Se desarrolla en el campo de la robótica y la interactividad. Forma
parte del colectivo Contraimagen. Sus prácticas artísticas están centradas en
problematizar la alienación que atraviesa las formas sencillas de la vida cotidiana, la
mujer, la relación de seres humanos y naturaleza. Fue premiada con el 2do premio en el
104º Salón Nacional de Artes Visuales, 3er premio en el Festival Latinoamericano de
Videoarte (FLAVIA), Primer Premio “Proyecto A” que organiza la curadora Patricia
Rizzo, ha realizado numerosas muestras individuales y colectivas en Muestras
individuales y colectivas en Argentina y otros países como ser : CCEBA (Centro
Cultural España en Buenos Aires); Bienal de Arte Textil, “World Textile Art
Organization”, Palais de Glace; Bienal de la Imagen en Movimiento, en el Museo de los
inmigrantes; Museo de Arte Contemporáneo Latinoamericano (MACLA), La Plata,
Buenos Aires: Casa del Bicentenario; Tecnópolis; Centro Cultural Recoleta; Espacio
Cultural Nuestros Hijos (ECuNHi); Festival de Cine Underground “1000 metros bajo
tierra”, Distrito Federal, México; en el CCEMontevideo, y en el EAC (Espacio de Arte
Contemporáneo) Uruguay; Galería Lilian Rodriguez, Toronto, Canadá; Espacio Cent
Quatre, Paris, Francia, entre otros.
BICHA
Esta serie de obras combinan arte, tecnología, sexualidades y
ecosistema desde conceptos ligados al transfeminismo antiespecista. A partir de
diversas operatorias simbólicas, con técnicas que incluyen la fotografía lenticular y
escultura con impresión 3D con incrustaciones y materiales biodegradables, el arte
digital, el video, se intenta reflexionar sobre la relación de los cuerpos, su entorno, y
las diversas formas de opresión que actúan sobre ellos.
“La noción de ser unx implica que hay un otrx. La noción de especie implica la de
convivencia. La noción de vivir implica la de morir. Ahí, en ese lugar donde los
binarismos hacen su pícara danza circular para confundirse entre sí, está el cuerpo,
abanderado de la naturaleza y del artificio por igual. En ese intersticio se ubica Bicha
de Natalia Rizzo, jugando con dispositivos y formatos y usando incluso su cuerpo
propio como bastidor.” Paula Maffia.
Muestra dentro del marco de la actividad Umbrales, coordinadoa por la artista Ana González Seligra